jueves, 9 de agosto de 2012

Una frase prestada

Las mujeres se entregan con furia a su primer amor, salen heridas y luego se pasan el resto de la vida tratando de recuperar la confianza que perdieron en su adolescencia.

El príncipe azul las deja de diván y les toma tiempo entender que ser una princesa es muy aburrido. Tengo una amiga que aún hoy, diez años después de haber terminado con su primer novio, no lo supera. Va al siquiatra dos veces por semana y llora después de cada sesión. Tiene el corazón y el bolsillo rotos, porque no es barato pagarle a alguien para que nos oiga.

Le he dicho que cree un blog, que yo abrí el mío para no ir al siquiatra y ahorrarme unos pesos. No ha sido capaz porque se asustó cuando le dije que un blog implicaba ser constante, exponerse. Y eso que no le mencioné lo difícil que es ser constante cuando se escribe gratis. En vez de escribir, tiene por armas el humor negro, el cinismo, el alcohol y sabotear sus relaciones amorosas.

Y eso pasa porque el primer amor está sobrevalorado. En su juventud las mujeres escogen al más popular, al más bonito, que es por lo general el más cafre. Muchas veces, ese hombre va envejeciendo pero sigue siendo el mismo idiota, así que se mete con mujeres más jovenes porque son las únicas a las que puede conquistar. Las mujeres con experiencia se vuelven incrédulas y las que van al siquiatra descubren que el amor no es otra cosa que encontrar a quién someterse.