miércoles, 22 de agosto de 2012

Terapia

Imagínanos juntos, en el mismo cuarto, cada uno en su escritorio escribiendo nuestros blogs, sin hablar, compitiendo para ver quién escribe mejor y perder ambos. Escribir y publicar de afán, mediocremente, porque igual no nos pagan por hacerlo, para luego tener sexo. Tan salvaje como si nos estuviéramos leyendo, orgasmos como verbos.

Te has fijado en cada idiota que qué importa ya intentar conmigo. Estoy tan viejo y amargado que escritura y sexo es lo único que puedo ofrecerte, pero tú insistes en pedirme juguetes que van con tu edad: viajes, maratones de películas, comida gourmet, reírnos de nada, salir a emborracharnos, cama por cárcel hasta que sea lunes y toque volver a trabajar. Y yo estoy dispuesto a lo que sea con tal de que no tengas que volver nunca al siquiatra. Sexo con amor, o sin él, como terapia.