jueves, 30 de enero de 2014

Escribir bonito

Me están pidiendo que escriba bonito: mis amigos, mis empleadores, yo mismo. Dejar el odio y abrazar el amor parece ser uno de los mandatos para este año. Luego busco entre mis notas algo conciliado y no encuentro nada, solo bocetos de crítica y rencor. Luego miro lo que publicaba hace unos años y noto con tristeza que había cierta belleza, pero que lo que hay ahora es un hombre muerto por dentro.

Twitter, las mujeres y mi incapacidad de entregar el corazón me han vuelto así; un cínico, un cobarde. Siempre es lo mismo: empieza el día, me pongo a tuitear y cuando quiero mirar mi timeline descubro que he publicado cinco, diez, quince tuits seguidos llenos de violencia verbal, de sarcasmo, de burla. Divierten, tienen retuits, me hacen ganar seguidores, pero me van acabando. Secan el alma y me dejan más jodido de lo que estaba antes de redactarlos. No soy inteligente ni ingenioso, solo tengo miedo.

A veces alguien afirma que soy irreverente, pero no tiene idea de lo que dice. Irreverencia es entrar disparando a un McDonald’s, como hacen los gringos locos, o enfrentarse al Vaticano, como Lutero en su día; yo apenas soy un bobo que puede juntar cuatro palabras. ¿Cuán aburrida será la vida de esas personas que creen que uno es irreverente? Mi consejo para ellas es que dejen de decir que alguien es irreverente, parecen señoras indignadas de Cedritos.

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jueves, 23 de enero de 2014

El personaje del año

La revista Time eligió al Papa Francisco como el personaje del año y no entiende uno porqué. Dice la publicación que el argentino "se convirtió en la nueva voz de la conciencia" y yo digo que lo eligieron por nada; por hacer su trabajo, si acaso, y eso nunca da mérito para premiar a nadie.

Pero más allá de que esté haciendo su trabajo, lo que nos tiene locos son sus frases, que tampoco es que sean la gran cosa. "La comida que se tira a la basura es el alimento que se roba al pobre", dijo el otro día. Y hace unas semanas me encontré con esta otra: "Os exhorto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano". Eso lo decimos usted o yo y no pasa nada, hasta nos miran mal por decir obviedades, pero lo declara el Papa y lo tildan de genio.

Es decir que El Papa tiene nuestra simpatía por decir cosas que cualquier persona con tres dedos de frente diría, lo que significa que sus antecesores no es que fueran muy lógicos. Uno mira bien, y las frases de Francisco podría perfectamente lanzarlas Carolina Cruz desde su cuenta de Twitter.

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lunes, 20 de enero de 2014

Sola, triste, gorda

Yo era feliz con el Playstation 3 hasta que un día me dio por hacerme al 4, pensando que iba a ser feliz, y terminé en un alto nivel de amargue.

Por partes.

No suelo salir como loco a comprar un objeto tecnológico recién lanzado porque no creo que eso sea la felicidad. El Play 3 lo vendí en una sola tarde porque era víspera del 24 de diciembre y me salió comprador en cuestión de horas. Salí de él antes de que se convirtiera en pieza de museo, que fue lo que me pasó con el Playstation 2, que terminé regalándolo.

El punto es que vendí el Play 3 para comprar el Play 4 y ahora el 4 no se encuentra por ningún lado. Lo agotaron los gamers, que parecen no tener vida más allá de una consola (yo tampoco, pero lo disimulo), y toda esa gente que cada vez que sale un nuevo iPhone se pone a hacer fila dos días antes, y luego, cuando abren las puertas de la tienda, causa destrozos y muere aplastada.

Pero yo no soy de esos y compro todo tarde: el Play 1 lo tuve en 2001, cuando ya habían lanzado el 2; al 2 llegué en 2004 y al 3, en 2010 (lo habían lanzado en 2006). Es más, eso de que lo compré es un decir. En realidad me lo gané en Ktronix, donde a cada 50 clientes le dan el 50% del valor de su compra. Había ido yo por un computador nuevo (que es lo que me da de comer) y cuando espiché el botón de descuento sonó la sirena de la caja. Y justo el Playstation 3 con dos controles y un juego costaba la mitad del valor del computador desde el que escribo esta nota. Señales que a veces manda la vida, supongo.

Pero con el Playstation 4 decidí ser de los primeros en tenerlo, y me lancé por toda la ciudad, pero nadie lo tenía. Uno a uno iban cayendo todos: Falabella, la Panamericana, el Éxito, hasta la tienda Sony, marca que produce la consola, donde me dijeron que no les llegaba sino hasta marzo de 2014. ¿Cómo es posible que saquen un producto y se agote? ¿Lo harán a drede para que no se perratee rápido y la gente lo desee más, o será mala planificación?

Apenas el vendedor de Sony me dijo lo de marzo me descompuse, empecé a sudar frío y a sufrir de ataques de pánico, como si tuviera el síndrome de abstinencia de un drogadicto. Tan desesperado estuve que hasta pensé en encargarlo a Estados Unidos vía internet, que yo por internet no compro nada porque no creo en él. Al final me abstuve porque con impuestos y envío salía a lo mismo que adquirirlo en Colombia.

Durante unas semanas la decepción fue indescriptible. La televisión y los libros no alcanzaban, la familia no era la respuesta. Suena exagerado, pero juro que así fue. De golpe usted no es de esos, pero pasa que cuando uno ha tomado la decisión de renunciar a las personas, cosas como un Playstation son las que le dan sentido a la vida. En mi caso, ese juguete es el que me evita hacer cosas que no debo, como comer de más, conocer gente nueva y gastar plata en viajes a sitios que en realidad no quiero conocer, como París. La gente que va a París no sabe lo que está haciendo. Es una gran terapia el Playstation, hasta me hizo olvidar que existe el helado de chocolate. Y es raro, porque uno ve esos adictos a los videojuegos en Estados Unidos y son todos gordos.

Ahora me entero de que el Play 4 viene con un solo control, y que FIFA 14 no trae la opción de jugar ligas y copas nacionales en modo offline. Lo hacen, supongo, para que todo se mueva por internet y así puedan tener ellos el registro de toda persona que juega, y de paso poder vender más consolas y más juegos. Entonces entre el nuevo Play, un juego y el control extra, se gasta uno algo así como tres salarios mínimos legales del año 2014, de esos que tanta indignación causaron en diciembre del año pasado.

Lo dicho, por muy bueno que sea, las consolas de video son juguetes para gente sola, triste y gorda. Para mí solo aplican los dos primeras condiciones.

Publicada en la edición de enero de la reviste Enter. www.enter.co

jueves, 16 de enero de 2014

Llegué a Bogotá

Volví a Bogotá luego de las vacaciones y estoy que me chiflo. Digo, es mi casa porque aunque nací en Barranquilla acá me he hecho (a las patadas). Acá como y tengo amigos (conocidos más bien). Acá me quiero quedar hasta que mi cuerpo aguante y luego largarme para siempre a ese roto destapado que es la capital del Atlántico. Lo bueno de Bogotá es que aunque no produzca nada (solo Presidentes de la República), les da oportunidades a los que llegamos de afuera porque es la única ciudad de Colombia.

Y lo de ciudad es una figura decorativa, porque esta vaina es en realidad un pueblo, y no me refiero a sus trancones y sus calles rotas, a sus taxímetros adulterados ni a sus precios inflados en restaurantes y finca raíz. Hablo de su gente. Bogotá es unipensamiento, llena de reprimidos que se creen de mundo pero que en realidad son bien provincianos. Católicos conservadores defensores de la familia, la tradición y la propiedad. Y aunque tiene 7 millones de habitantes, se mueve por pequeñas castas donde las mismos cuatro gatos se rotan unos con otros. 

Son tan atrasados que cuando alguien llega a un restaurante estrato seis muchos voltean a ver quién entró; eso es subdesarrollo. Yo en esta ciudad he visto gente de 60 años preguntarle a otra de qué colegio se graduó, solo para poder referenciarla y saber cómo tratarla.

jueves, 9 de enero de 2014

Leyes que no se entienden

Me dice un amigo que en el sistema actual nada es de la gente, ni su propia vida. Es posible. Lo cierto es que no sabemos qué es legal y qué es ilegal; hemos ido poniendo las cosas de un lado o del otro según las circunstancias pero sin planificar.

La droga está condenada, pero se nos permite tomar alcohol. Yo no soy partidario de una cosa ni de la otra, que cada uno verá qué hace, pero dos sustancias tan parecidas no deberían estar en orillas tan diferentes. Cuando uno quiere deformar la realidad toma alcohol, mete droga o sube una foto a Instagram.

Los que legislan (ellos, la otra gente, nunca nosotros) deciden qué está dentro de la ley y qué la rompe, pero la verdad es que uno nunca sabe. Por lo general, cuando no entendemos una regla es porque detrás de ella hay mucho dinero y mucho tráfico de influencias. Por eso es ilegal matar personas, pero comprar armas está permitido. Le declaramos la guerra pública al narcotráfico (la lucha contra las drogas le ha costado a Colombia más de 8.000 millones de dólares), pero los bancos blanquean dinero de los carteles, las modelos se viven casando con narcos en matrimonios con miles de invitados y los hinchas de los equipos ligados a la droga celebran sus títulos y cuentan las estrellas en el escudo sin ningún tipo de asco. En este país todos tenemos un amigo, un vecino, un cliente narco y todos nos hacemos los pendejos. ¿No es hora de que dejemos de fingir que el tema moral de la droga nos preocupa?

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viernes, 3 de enero de 2014

Vamos a morir solos

Es furor en internet el video de la argentina de 35 años que es soltera y no sabe uno por qué. Los mayores no suelen revelárnoslo, pero lo peor de llegar a los 30 no es empezar a envejecer, sino soportar las quejas de los solteros.

Yo les digo a mis amigos que si tienen 35 años y están solos es por algo, que más bien dejen de lamentarse y hagan algo para cambiar la situación, más allá de que seamos un desastre y no nos soportemos. El mundo está lleno de parejas que creen haber sido hechas el uno para el otro, cuando la verdad es que hay tantos desgraciados que no queda otra que casarse con uno.

La semana pasada se casó una de mis ultimas amigas solteras. 36 años y creo que se sintió aliviada porque se le veía feliz. No solo porque ama a quien hoy es su esposo, sino porque sospecho que se quitó un peso de encima. Así se las den de liberadas, las mujeres esperan una gran fiesta donde puedan celebrar el amor frente a todos su amigos aunque se separen al año.

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