viernes, 17 de agosto de 2012

Te tomé una foto a los 18

Te tomé una foto a los 18. Era primavera en un lugar con estaciones y llevabas un vestido verde ligero con pequeñas flores negras estampadas. Tenías el pelo cogido, sudabas un poco y el sol dejaba ver a ratos tu entrepierna. Tenías 18 y esperé a que estuvieras de espaldas para que fuera sorpresa; luego te esperé hasta los 33 para contarte. Te lo confieso ahora para que sepas que sigues siendo la niña bonita de aquellas vacaciones. Te tomé otra a los 22, cuando tú aparecías y yo temblaba. A los 22 les tomé fotos a tus pies, a la fachada de tu casa, recorrí los salones de universidad donde veías clases y les tomé fotos a cada uno de ellos; vacíos, a escondidas, asustado, porque si no me das miedo no me gustas. A los 18 te tomé una foto para mostrártela cuando fueras vieja y combatir así los días tristes como hoy. Hoy te ves como se veía tu madre cuando te conocí. 

Tú debiste morir virgen. Nadie te merece, aunque yo lleve 15 años viendo cómo te entregas a todo hombre que no sea yo.