jueves, 31 de mayo de 2012

Taxi cruzando el semáforo en rojo

Es curioso cómo un día podemos desear lo contrario a lo que siempre nos ha gustado. Zapatos cafés en vez de negros, un nuevo apartamento en lugar de este en donde hemos sido felices, la amiga de la esposa a cambio de la esposa misma.

Yo me desperté esta mañana queriendome ir de Colombia. Siempre he pensado que este país y sus habitantes somos de lo peor, pero me gustaba vivir acá. Aquí nací, crecí, estudié; aquí tengo familia y amigos y nunca me incomodó que fuera un mal lugar para vivir.

Pero todo cambió anoche, cuando al querer pasar la calle con el semáforo peatonal en verde un taxi aceleró en vez de frenar. Es increíble cómo una escena que se repite todos los días en todas las esquinas del país puede despertarte del sueño en el que vivías.

Yo no quiero vivir en un sitio donde uno no sabe si se monta en un taxi para que le hagan el paseo millonario, donde los políticos se comportan como señores feudales, la gente es racista sin decirlo, y ni la salud ni la selección de fútbol funciona. Un lugar donde empalan mujeres como si viviéramos en la Edad Media. Soy tercermundista como cualquiera nacido acá, pero quisiera dejar de serlo aunque sea a costa de vivir en una tierra extraña. Quiero digitar la clave de la tarjeta débito sin tener que tapar el teclado con la otra mano.

Lea el artículo completo en http://bit.ly/KfyzNK