jueves, 14 de noviembre de 2013

La guerrilla que queremos

Se dio a conocer una foto de tres miembros de las Farc tomando el sol en un yate en Cuba y saltaron todos a indignarse, que parece ser el nuevo deporte nacional.

Por un lado, la guerrilla ha hecho mucho mal como para que se esté relajando en el mar de Cuba, pero, por otro, todo el mundo tiene derecho a tomar vacaciones porque esto de ganarse la vida es muy difícil. Ahí tienen ustedes a los universitarios, que además de meses libres a comienzo y mitad de año, encima les dan una semana de receso para que se desestresen. Vacaciones han tomado los mejores y los peores de la historia, el Papa y Hitler, así que la foto es irrelevante. Pasar una tarde de domingo encerrado en un cuarto o de cara al sol no va a acabar con la violencia en Colombia, ¿por qué no dejar entonces que un levantado en armas se tome un rato libre?

Yo me haría de una guerrilla que fuera coherente en el discurso, que hiciera de Robin Hood moderna y persiguiera a los delincuentes impunes, a los que se quedaron con la plata de Interbolsa, a los que se roban los terrenos baldíos que en teoría nos pertenecen a todos los colombianos. Le daría aportes y hasta tomaría un arma si esa fuera la salida, que no creo que la sea. Vea usted Holanda, donde están haciendo revoluciones con un artefacto que acá no hemos aprendido a usar: la cabeza. Allá transformaron iglesias en bibliotecas y les ha tocado cerrar cárceles por falta de presos. Y todo sin disparar una bala.