jueves, 6 de febrero de 2014

Algún día alguien vendrá por mí

Algún día alguien vendrá a buscarme porque me necesita y yo le voy a decir que no. Ese es mi sueño: castigarlo con mi rechazo por no darse cuenta antes de que yo era especial.

Ocurre que desde niño me siento subvalorado y que nunca he ocupado el lugar que debería. Ahora de adulto me pasa con las mujeres, los premios, las entrevistas; con las clases que he querido dar para tener sexo con mis alumnas, no para enseñarles, que lo único que yo podría enseñar es a escribir, y eso no se enseña.

Me siento tan despreciado, tan echado a un lado que lo único que quiero es revancha. Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío y yo llevo décadas añejándola, pero aún hierve en mí como si hubiese empezado ayer.

Me da envidia cuando nombran a los ganadores del Simón Bolívar de periodismo y no estoy entre ellos, por ejemplo. Luego recuerdo que soy un flojazo y además no estoy en la rosca, y para ganar un premio de esos no se puede ser ambas: o empiezas de cero y no paras de trabajar hasta ganarte uno, o eres un vago con apellidos y amigos.

Lea la entrada completa aquí