viernes, 10 de diciembre de 2010

Una foto, por favor

Hay que ver lo fácil que es dar con ex futbolistas en este Mundial, y lo dóciles que resultan para lidiar con los fanáticos. Porque yo, ya lo dije antes, estoy acá como periodista acreditado, pero todo es una fachada. Soy un hincha raso con salvoconducto para colarse en los estadios.

Ayer di con Edmundo. Brasileño, goleador, fama de loco. Fue subcampeón del mundo en 1998. Está como comentarista de la cadena de TV Band, y apenas dije su nombre, paró y accedió a tomarse una foto conmigo. Lo primero que se me vino a la mente fue aquel terrible puño que recibió de Flavio Zandoná en un Flamengo – Vélez Sarsfield por Supercopa. Quise mencionárselo pero paré, temeroso de dañar el momento o de que “El Animal”, como le llamaban, me viera cara de Zandoná.

Sonrisita, apretón de manos, muchas gracias y suerte, que te vaya bien.

Más tarde en la sala de prensa estaba sentado como cualquier hijo de vecino Patrick Vieira. No se ha retirado, pero casi. Quema sus últimos cartuchos en el Manchester City, donde es suplente, y no fue convocado por Domenech para este Mundial. Con 34 años sus días de futbolistas están contados, y viendo a esta Francia debería agradecerle a su seleccionador por no haberlo tenido en cuenta

Le pedí una foto. Se paró junto a mí y con esfuerzo le llegué al hombro. No es por darme crédito, pero los periodistas de al lado se dieron cuenta y se pusieron en fila. Así, la amabilidad con la que me trató se fue deteriorando con cada nuevo personaje que se le acercaba.

Por acá he visto también a Zamorano, a Francescoli, y a dos arqueros que fueron suplentes: el italiano Luca Marchegiani en USA 94 y el holandés Ronald Waterreus en la Euro 2004. Siempre están con un gesto amable, y dispuestos a responder preguntas con tal de que no obstaculicen su trabajo de comentaristas.

Esta cercanía sería impensable si todavía estuvieran activos, agobiados por la prensa y los fanáticos, embebidos por la fama y los contratos publicitarios.

Al último que vi fue a José Luis Chilavert, bastante subido de peso, tratándose de esconderse bajo una gorra blanca. Me le acerqué para hacerle una entrevista pero me dijo que no hablaba, y añadió que por favor no le tomara fotos.

Ese no ha cambiado. Ya sabemos lo especial que era José Luis en sus días de jugador.