viernes, 19 de agosto de 2011

Un mundo

Imagine un mundo sin placa bacteriana. Sin mal aliento ni pecueca.

Un mundo donde los alimentos no se pudren y la grasa no se acumula en nuestro abdomen.

Un mundo donde usted no se mira al espejo con odio (o lástima) mientras se arregla, y al terminar de abotonarse la camisa no le da miedo salir a la calle.

Un mundo donde los cables no se enredan y las patas de las mesas se corren gentilmente para que el dedo meñique no se golpee contra ellas.

Un mundo donde la bolsa de Nueva Yok no abre a la baja por meras sospechas.

Un mundo donde las alarmas de los carros no son tan nerviosas.

Un mundo donde la pobreza se resuelve imprimiendo billetes sin que la economía global se venga al suelo.

Un mundo donde Shakira es bacterióloga; Juanes, plomero; Andrés López, pediatra; Suso el paspi, profesor de escuela y El cantante del gol, portero de discoteca. Es decir, un mundo donde nadie sabe que existen.

Un mundo sin puñales, sin revólveres, sin escopetas; un mundo sin escopetarras.

Un mundo donde es fácil demostrar que Dios no existe. O que sí.

Un mundo sin sida, un mundo donde el cáncer es curable. Un mundo con depresión, pero donde el Prozac no tiene efectos secundarios.

Un mundo donde a la Coca-Cola no se le va el gas.

Un mundo con erecciones voluntarias, no voluntariosas.

Un mundo donde se puede invitar a follar a una mujer como quien la invita a cine.

Un mundo donde los hombres podemos, con presionar de cierta manera el glande, decidir si la esperma embaraza o no.

Un mundo donde droga y licor son legales. Mejor, un mundo donde nadie quiere consumir droga ni licor, porque la realidad es tan bonita que nadie quiere deformarla.

Un mundo donde el cigarrillo no mata, no huele y las colillas son comestibles, pero no engordan.

Un mundo donde los coños saben a helado de chocolate.

Un mundo donde ni parir ni el sexo anal duelen.

Un mundo donde tener objetos de ultralujo no da estatus sino vergüenza.

Un mundo sin su jefe.

Un mundo donde a nadie le interesa romper un récord Guinness.

Un mundo donde uno puede escribir como Borges al menos una vez al año.

Un mundo donde las EPS se lucran de salvarle la vida a las personas, no de matarlas.

Un mundo donde los fantasmas no asustan, para que puedas ver a tu padre y hablar con él sin que te dé un paro cardíaco.

Un mundo donde Max Henríquez acierta en sus pronósticos.

Un mundo donde nadie, salvo usted, insulta a su madre.

Un mundo donde sabemos cuál es el plural de clítoris y la calvicie sólo existe en el Monte de Venus.

Un mundo donde Willie el tiburón es mascota vitalicia de los mundiales de fútbol.

Un mundo donde los aviones no se estrellan, las cosas no se rompen, el internet no se cae y los cordones no se desamarran solos.

Un mundo sin abogados y con banqueros clase media.

Un mundo donde la depilación e ir al odontólogo son diligencias indoloras.

Un mundo sin honor, si orgullo, sin Dios ni patria.

Un mundo donde el culo queda limpio después de cagar. Siempre.

Un mundo donde las culebras no son venenosas y los tiburones, vegetarianos.

Un mundo donde la gente muere tan fácil como quedarse dormido. Sin dolor ni agonía.

Imagine descubrir que usted, y no los otros, es el culpable de las cosas malas que pasan.