Puedo leer el periódico sin que nada se me quede, pero es porque el periódico no trae noticias importantes. El de hoy, por ejemplo, dice que los Nule están a un paso de la muerte comercial, que cayó un cargamento de cocaína en el aeropuerto y que Colombia clasificó a octavos de final del mundial juvenil.
Noticias banales que creemos sustanciales porque no entendemos que lo importante es lo que ocurre en la mente.
Que los hombres tengan mejores sueldos que las mujeres (como reza otra noticia) es irrelevante; lo trascendental es que exista una mujer acomplejada porque los hermanos le dicen que es una perra, y la mamá que es bruta, mientras el padre la viola en silencio. Esa mujer sale a buscar trabajo y se vende por tres pesos en lugar de los diez que pediría un hombre promedio.
Otra cosa son las cifras, yo vivo pescando cifras en el diario. No sé cuánto es dos más dos, pero veo un número y puedo pintarme la noticia entera.
El otro día leí una que aún no supero: el 52% de los embarazos en Colombia son indeseados. Dudo que exista una mejor manera de decir que a este país le sobran 25 millones de personas.
La noticia coincidió con otra que decía que Facebook lanzaba una opción para que sus usuarios anunciaran si están embarazados. A la gente le ha parecido la maravilla, pero a mí me parece un poco sosa, yo lo que quiero saber es cuántos de los 600 millones de usuarios de la red social fueron embarazos no deseados; he ahí una noticia.
Me cansa la gente que se casa, la que encarga hijos; estoy agotado de fingir alegría cuando alguien anuncia que está preñada; no soporto que una mujer me pida que sienta a su bebé patear. No sean idiotas; follen, follen mucho, rompan coños y corazones, pero no traigan más niños al mundo, que el mundo está perdido.
Encontré otra información que asegura que después de los 40 las mujeres quieren sexo y los hombres caricias. La sola cifra me hizo entender años de desprecio y sexo frustrado, algo que sicólogos, sexólogos y ex novias nunca pudieron. Lo mejor fue que pude concluir que si la mitad de la gente quiere caricias y la otra mitad busca sexo, lo normal es que el 52% de los nacimientos sean a la brava.
Y así voy por los diarios, de número en número para que el mundo entero pueda entrar en mi cabeza. Nunca comprendí la situación del Medio Oriente hasta que me enteré de que 25 inmigrantes habían muerto asfixiados en el cuarto de máquinas de un barco que iba de Libia a Italia.
¿Cuán desesperado tiene que estar uno para salir escondido de su país en busca de una mejor vida y terminar muriendo en altamar e identificado por las autoridades de una patria que nunca conoció?
La foto de los 25 cuerpos cubiertos por 25 mantas azules me hizo entender cómo es morir por asfixia; fue más contundente que todos los cables internacionales que sobre Gadafi llegan a la redacción del periódico para el que trabajo.
Yo no habría sido capaz de inferir la vergüenza que significó la inauguración del Mundial Juvenil solo con ver las imágenes de televisión, necesité leer que costó 6.000 millones de pesos y que el asunto va a ser investigado por la Contraloría para oler el torcido. Ahora queda que nos digan por qué el estadio de Cali costó tres veces más de lo presupuestado. Al parecer la FIFA lo ha reconocido como el mejor escenario del torneo, pero es que con 60.000 millones de pesos de más cualquiera hace algo bonito.
Pasando a temas más agradables, mujer, esta noche me pedirás que te acaricie, pero yo querré polinizarte, así que tómate la píldora, reacomódate la T y tengamos sexo anal con doble condón, que no te quiero ver dándole click al botón de maternidad en Facebook.
En todo caso, si llegas a quedar embarazada, le ponemos MacGyver.