miércoles, 15 de junio de 2011

La vida es frágil

La vida es tan frágil que unas hortalizas pueden desestabilizarla. A usted le dicen que unos pepinos españoles mataron a 35 personas y enfermaron a cuatro mil más y entra en pánico así no le guste el pepino ni conozca Europa.

Es que eso que llamamos sistema es tan endeble que colapsa hasta cuando hay un varado en una vía de cuatro carriles.

Todos tememos a un quiebre del sistema. Hay que ver la histeria que nos entra cuando se va internet o se rompe el calentador del agua, no así cuando pillan al presidente del FMI acosando a una camarera de hotel o suspenden al alcalde de Bogotá, porque Strauss-Kahn y Samuel Moreno existen, pero lejos, no somos consumidores finales de ellos. Nos da pavor, en cambio, que cancelen un concierto del que ya habíamos comprado la boleta porque es como una promesa rota.

Dicen que el E. Coli se transmite por agua contaminada, de ahí nuestro miedo a los pepinos españoles. ¿Cómo no llegar a enfermamos si nosotros mismos somos 65% agua?

El sistema es débil, nadie está seguro, pero tampoco es para entrar en pánico, que todo lo malo que tenga que pasar, seguro pasará. Los aviones se caen (incluso los de Air France), Ferrari hace carros de Fórmula 1 que se funden y hasta la mujer que amas -que solía ser más confiable que un Airbus- se levanta una mañana y dice que ya no te quiere.

Hay quien sale de la casa por un paquete de cigarrillos y nunca vuelve, pese a que esa tarde iba a llevar a sus hijos al cine. Nadie conoce a alguien que le haya sucedido, pero todos contamos la historia porque seguro ocurrió alguna vez en algún lugar, es una leyenda urbana que puede pasarle a cualquiera.

O peor, eres Savo Milosevic, a tu abuelo le da por matar a tu padre un sábado cualquiera y en cuestión de segundos pasas de ser un simple ex futbolista a tener un abuelo asesino y una familia destrozada. Así de frágil es esto.

Ni hablar de la inestabilidad de una guerra. En una guerra la gente va al supermercado y donde solía haber pepinos hay excremento de ratas. Y ni siquiera en tiempos de guerra: ayer fui a Carulla a comprar mis chorizos favoritos y no había. Llámeme sentimentalista o frívolo, pero desde que me enteré del asesinato de Luis Carlos Galán no recibía un golpe tan fuerte.

Entonces resulta que a los alemanes se les infectan unos pepinos y el mundo entra en caos, porque si no podemos confiar en los alemanes, todo está perdido.

A Andrés Felipe Arias le imputarán cargos por Agro ingreso seguro y parece que le embargarán sus bienes. Sugiero que miren bien la nevera, no vaya a ser que encuentren unos pepinos españoles en el compartimento de las verduras y resuelvan así dos casos de una vez.