El problema del mundo es que está gobernado por la derecha porque la izquierda es muy débil. Y es débil porque no tiene hembras.
Mujeres, la motivación que tenemos los hombres para levantarnos a trabajar cada mañana. Sin ellas, el mundo sería un terreno baldío al mejor estilo de un latifundio en los Llanos Orientales. La razón por la que la derecha ha prevalecido es que la izquierda tiene mujeres emprendedoras e inteligentes, pero no lo suficientemente bonitas para darse la pela por ellas. Las mujeres de izquierda leen a Jane Austen, las de derecha lucen como las modelos de Vanidades.
Por las mujeres de derecha, en cambio, mataríamos (y en efecto nos hemos matado). Uno va al Country Club y está lleno de mujeres bonitas, emparejadas con banqueros y diplomáticos, ejecutivos y empresarios. Son unas tapias eso sí, hay más posibilidad de hallar inteligencia en Marte que en la cabeza de una mujer de un hombre de derecha. Detrás de las caras y los pelos largos, de la ropa fina y las tetas bien puestas suele no haber nada.
Vea las sociales de Caras y Jet-Set, todas las mujeres son de derecha. Hay una que otra que parece de izquierda, alguna actriz, otra diseñadora, pero es solo la pinta. Se gastan una fortuna en lucir como una miseria. Esa bufanda desteñida y ese abrigo usado cuestan un caudal. Andar con una cartera de un millón de pesos que parece sacada de la basura en un país con casi la mitad de la población en la pobreza es más de derecha que otra cosa.
Las mujeres de derecha lucen bien haciendo obras de caridad y sonriendo para la foto, por eso el papel de primeras damas les queda perfecto. Carla Bruni es el ejemplo de lo que es una primera dama de derecha. Una hembra así solo se encuentra en una discoteca de Ibiza o en el Palacio del Elíseo. El único caso de primera dama de derecha poco atractiva es Lina Moreno, de quien no entiendo por qué se casó con Uribe.
Clara López Obregón, en cambio, es un híbrido más bien confuso. Es del Polo, pero creció en la derecha, así que tiene lo peor de ambos mundos: el físico de unas y la crianza de las otras. Quiere hacer cosas de izquierda, pero no le salen del todo porque sus apellidos le marcan el camino.
La orden de Dios “creced y multiplicaos” rige aún entre los más progresistas porque habla del instinto primario de la humanidad por conservar la especie. El macho busca a las mejores hembras para reproducirse (las de derecha), no a las inteligentes (las de izquierda).
Gracias a tener viejas buenas la derecha puede darse ciertas licencias. Hace quince años, diez de los quince estados miembros de la Unión Europea estaban gobernados por socialistas, hoy la cifra es de apenas cinco de 27. Algunos expertos dicen que es por causa de la crisis financiera, que fue en realidad causada por la derecha, porque enriquecerse a fuerza de venderle casas a gente que no puede pagarlas es bien capitalista.
Yo no sé a qué vertiente pertenezco. Quisiera acostarme con cuanta mujer de derecha veo, pero estoy rodeado de las otras porque con las primeras no se puede hablar. El sexo por el sexo es lo más vacío que hay, así que es preferible dar con mujeres con las que se pueda hablar así no inspiren nada.
No asistí a la marcha contra las Farc de 2008 porque me pareció que en ella participó el tipo de gente que ha hecho de Colombia el lugar violento y desigual que es. Recuerdo haber visto en las fotos incontables hembras con camisetas blancas, tan bonitas como aburridas. Uno, además de morirse de aburrimiento con una mujer así, no podría pagar el tipo de vida que les gusta.
Salí, en cambio, a la marcha que organizaron un mes después en contra de los paramilitares y crímenes de estado, porque me sentía más en sintonía con la causa. Pero una vez allí, rodeado de mamertos y mujeres feas, me volví partidario de la pena de muerte y al día siguiente me metí a la página de internet del Country para llenar el formulario de afiliación.
Me han rechazado cuatro veces, pero tengo fe en que algún día me acepten. Mientras ese día llega, salgo con las estudiantes gomelas de la Universidad Nacional y tengo sexo cada año bisiesto.