Es difícil tener fe en la Humanidad cuando se lee la noticia
de que el video de la canción ‘Gangnam Style’ es el más visto en la historia
del internet. 850 millones de visitas en Youtube, más de 2.200 millones de
reproducciones en total (y contando) hacen que idealistas como yo nos sintamos
mal. Porque, de acuerdo, somos libres y cada uno verá lo que le gusta, pero que
lo que le guste a uno sea un coreano influenciado por lo peor del consumismo
occidental es impresentable. Está bien que Dios nos haya dado el libre
albedrío, pero no tenía por qué crearnos con tan mal gusto.
2.200 millones de reproducciones -seguramente más de 3.000
para cuando usted lea este artículo- representa medio mundo, literal. Por muy
doloroso que sea, que la mitad de la gente desapareciera (ojalá a los que les
gusta el video del coreano) sería de gran ayuda para el equilibrio de la vida
en este sobrepoblado planeta.
Y vean que ‘Gangnam Style’ le quitó el récord de reproducciones a una canción de Justin
Bieber, otro producto del capitalismo salvaje. ¿Cómo pretender que cosas como
las bellas artes y la filosofía son importantes si todos los días se confirma
que lo que el mundo quiere es mover las caderas al son de una canción fácil?
Entiende uno que haya guerras, y hambrunas, y billones de dólares robados por
entidades corruptas que terminan afectando muchas vidas. Si un ser humano es
capaz de sentir gusto por ‘Gangnam Style’ es capaz de cualquier atrocidad.
Mira uno cuáles son los videos más populares de internet y
todos parecen hechos por y para tarados: un niño que llora porque Chávez ganó
las elecciones en Venezuela; otro que llora también porque su hermanito le
muerde el dedo; un tipo que le hizo un video para pedirle matrimonio a su
novia; otro señor que dispara contra el computador de su hija. Todos recordamos
la campaña ‘Stop Kony’, cuya punta de lanza era un documental, que luchaba por
impedir que el líder ugandés Joseph Kony siguiera cometiendo crímenes contra la
población de su país. El video fue un éxito y pronto superó las 100 millones de
vistas y recaudó millones de dólares. Al poco tiempo se supo que la información
mostrada allí había sido manipulada y el líder de la causa, Jason Russell, fue
arrestado por vandalismo y hacer actos sexuales en público.
Y si todo esto ha pasado con simples mortales, imagine lo
que ocurriría con Dios. No da la cara hace tanto que no le haría daño un paseo
por las redes sociales. Si es cierto que es omnipresente, debería usar el
internet para reafirmarlo. Si Dios nos probara que existe se volvería Trending
Topic en Twitter. Debería también hacer un video y colgarlo en Youtube; se
volvería viral y quebraría el récord de PSY.
Me había resistido al video de ‘Gangnam Style’, pero tuve
que ceder, no podía escribir sobre algo que no había visto nunca. Primero fue
sentir que algo se moría por dentro; después, preguntarme si hay algo malo en
mí, si tengo la realidad deformada y me equivoco cuando pienso que gran parte
de lo que producimos es basura. Casi cedo, pero qué va. Es el resto del mundo
el que está mal, yo estoy divinamente pese a todo.
Publicada en la edición de diciembre de la revista Enter. www.enter.co