La promesa del internet del "Cuando quieras, donde
quieras" se vive rompiendo, y eso me parte el corazón. Porque el internet
no se hizo para facilitarnos las cosas, como nos viven anunciando, sino para
poder ver porno en paz.
El otro día trataron de venderme un paquete de películas por
internet con el cuento de que era mejor que el de HBO que ya tengo por cable,
sólo por el hecho de que podía verlas cuando quisiera y donde quisiera. No lo
compre. Primero, porque el paquete de HBO tiene diez canales y nunca hay nada
bueno para ver; segundo, porque a mí me dicen que puedo hacer algo cuando
quiera y donde quiera y me queda inmóvil, aburrido, porque crecí acostumbrado a
que me dijeran qué hacer y cuándo hacerlo.
¿Qué es eso de cuando queramos y donde queramos, si no
sabemos lo que queremos? ¿De verdad lo que usted quiere es trabajar ocho horas
al día, cinco días a la semana para enriquecer a un señor que no conoce?
Ignoramos qué nos hace felices, yo vivo de escribir cuando lo que me hubiera
gustado es hablar por radio.
Adicto a los videojuegos de fútbol como soy, nunca tuve
problemas con los Playstation 1 y 2: les metía CD's piratas que costaban cinco
mil pesos y funcionaban de maravilla. Ahora que tengo Playstation 3 vivo
padeciendo las falencias de la tecnología.
Hace poco quise comprar el juego de la Eurocopa y casi no
puedo. Primero, se trataba de un juego virtual, es decir, sólo se encontraba en
ese lugar incierto al que llaman 'La red' (con lo rico que es ir a la tienda y
comprar algo). Duré una semana comprándolo porque me salía error: el usuario
estaba incorrecto, la tarjeta de crédito no era válida o el sistema estaba
caído (el sistema se hizo para que viva caído).
Antes de tener que pedirle el favor a un primo que vive en
Estados Unidos, usé tres tarjetas y hasta terminé metiéndome en foros virtuales
de internet llenos de geeks que seguro van al Campus Party. Imagine mi
desespero.
Prefiero lo análogo a lo virtual porque los foros de
internet no tienen respuestas, tampoco los callcenters y la página de internet
del banco. Puede que las personas carezcamos de respuestas también, pero al
menos vemos la cara de alguien y nos inspira a quejarnos con pasión.
Poco después del chasco del juego de la Eurocopa, mi
inmobiliaria implementó el pago del arriendo online y me quise morir. Yo
prefiero hacer una hora de fila en el banco y al final dar con un cajero que me
imprima un sello en el recibo. Las personas inseguras como yo necesitamos de
los horarios rígidos de HBO y de algo físico que demuestre que sí estamos
cumpliendo con nuestras obligaciones.
Por eso, ni Netflix ni Cinemax. Ahora, para romper las
reglas del horario, me dedico a comprar películas en DVD para verlas cuando se
me dé la gana. Acabo de volver de Estados Unidos y traje toneladas de ellas,
pero cuando fui a verlas descubrí que la zona no coincidía con la del
reproductor de DVD. Cuando nos da por creernos valientes, la tecnología nos da
un batazo en la nuca.
Publicada en la edición de octubre de la Revista Enter. www.enter.co
Publicada en la edición de octubre de la Revista Enter. www.enter.co