miércoles, 11 de julio de 2012

Yo debería comprar carro

Un amigo compró carro y su vida cambió. Antes andaba en el carro del papá o en una moto de bajo cilindraje que le dieron en parte de pago por una vieja deuda. Tenía cómo moverse, pero al parecer no le iba del todo bien, se vivía quejando de que carecía de vida social. Pero fue comprar carro para que al día siguiente una mujer llamara para que fueran a comer a un restaurante de lujo y luego lo invitaran a un paseo a Girardot, todo en el mismo fin de semana.

De golpe lo que le falta a mi vida es un carro. Muchas veces me he preguntado si la plenitud se encuentra en la paz mental, en formar una familia o en dejarle un legado al mundo. Desesperado, me he refugiado en religiones y libros de autoayuda, incapaz de ver que la respuesta a todo está en el concesionario más cercano.

Últimamente paso mucho tiempo con el jopo en el sofá, viendo televisión y navegando en internet, porque cuando no tienes carro y vives en un país como Colombia te da jartera salir. Jartera y miedo. Yo me siento incapaz de entregarme a la calle después de que el sol se ha ocultado, todos mis planes tienen que hacerse efectivos antes de las seis de la tarde.

Lea la entrada completa en http://bit.ly/Mj75rL