lunes, 22 de abril de 2013

Mi escritor preferido

Juan José Millás empezó a escribir antes de que yo naciera, y cuando supe que Millás existía, yo ya llevaba un tiempo escribiendo. Pero fue descubrirlo y sentirme como el adolescente que coge una guitarra y la toca porque le nace, pero un día oye a los Stones y entiende que así es como quiere sonar. 

Ocurrió hace unos años en Madrid y fue como si me arrollara un tren. Se trataba de una columna sobre el hambre en el África llamada 'Todo el mundo sabe escribir hipotermia' y lo que más me llamó la atención fue que terminaba con la frase "El mundo es una mierda", la cual no sonaba mal. Al revés, era necesario que el artículo acabara así porque resumía en cinco palabras lo que antes había dicho en poco más de 500.

Raro que un tipo que saca libros sin parar desde hace 40 años, tiene un Premio Planeta y los viernes cierra la edición impresa del El País no sea tan conocido en Colombia. No digo que sea un artista de culto, pero no es que acá se hable de Millás como quien habla del Papa.

Y sus libros están bien, he leído varios, pero no me matan porque leer cosas largas es aburrido. Son sus columnas las que enganchan. Y no solo en El País; ese tipo escribe, mal contadas, de a tres cada semana. Alguna vez lo abordé en el Hay festival y le dije que una llamada 'Tus eosinófilos' era lo mejor que había escrito en su vida. Él me miró con cara de "¿Quién es éste"?, pero yo se lo decía de corazón: 322 palabras, 1.834 caracteres con espacios que hablan sobre una mujer que se va a hacer un examen de sangre. Es, de lejos, la carta de amor más bonita que he leído en mi vida. Igual, ya advertí que no soy un lector voraz.

Mientras las columnas en Colombia suelen llegar a 4.500 caracteres, varias de Millás no pasan de 2.000 e igual le dejan a uno claro el panorama. Pocos adjetivos, verbos en abundancia, en menos de una cuartilla dicen lo que tienen que decir, y están tan bien escritas además que es como si le dieran al lector un mazazo en la cabeza. 

Millás es el escritor que más me ha marcado, por encima de Borges, Cioran y Pessoa (no se deje descrestar, no he leído mucho más). Durante mucho tiempo me negué a decir que era mi escritor preferido. Por vergüenza, primero, porque me sentía como una quinceañera que no quiere decir de quién está enamorada, y también porque cada vez que escribía algo sentía que lo estaba plagiando (aún lo siento y no sé cuándo pueda desmarcarme de esa sensación).

Pero me he extendido. Si mi instinto es plagiarlo, debo parar acá porque ya pasé los 2.000 caracteres. Pese a ser tan popular, Juan José Millás es el secreto mejor guardado de la literatura en español. No necesito un artículo para definirlo, tres palabras alcanzan: así se escribe.