Yo me desperté esta mañana
queriendome ir de Colombia. Siempre he pensado que este país y sus habitantes
somos de lo peor, pero me gustaba vivir acá. Aquí nací, crecí, estudié; aquí
tengo familia y amigos y nunca me incomodó que fuera un mal lugar para vivir.
Pero todo cambió anoche,
cuando al querer pasar la calle con el semáforo peatonal en verde un taxi
aceleró en vez de frenar. Es increíble cómo una escena que se repite todos los
días en todas las esquinas del país puede despertarte del sueño en el que vivías.
Yo no quiero vivir en un
sitio donde uno no sabe si se monta en un taxi para que le hagan el paseo
millonario, donde los políticos se comportan como señores feudales, la gente es
racista sin decirlo, y ni la salud ni la selección de fútbol funciona. Un lugar
donde empalan mujeres como si viviéramos en la Edad Media. Soy tercermundista
como cualquiera nacido acá, pero quisiera dejar de serlo aunque sea a costa de
vivir en una tierra extraña. Quiero digitar la clave de la tarjeta débito sin
tener que tapar el teclado con la otra mano.
Lea el artículo completo en http://bit.ly/KfyzNK
Lea el artículo completo en http://bit.ly/KfyzNK