A primera hora de la
mañana se supo que un senador de apellido Merlano había esgrimido argumentos
contundentes para no ser sometido a una prueba de alcoholemia: “¿Cómo le van a
hacer esto a un Senador de la República, si por mí votaron 50.000 personas?”.
Alardeaba como los reguetoneros, que en todas sus canciones hablan del número
de discos que venden y de las mujeres con las que se acuestan. El tema de los
congresistas y los carros no es nuevo en el país, todos recordamos el subsidio
a la gasolina por el que clamaba el senador Corzo. Corzo & Merlano como
quien dice Ñejo & Dálmata.
También en la mañana,
Santiago Cruz anduvo de gira por los medios de comunicación promocionando su
nueva canción. Yo a ese señor no lo soporto, musicalmente hablando. Seguro es
una gran persona y un mejor amigo, pero una cosa no tiene que ver con la otra. Hay
quienes dicen que su música es depresiva, y les creo: yo oigo a Santiago Cruz y
se me quitan las ganas de vivir.
El asunto de Merlano opacó
la entrada en vigencia del TLC después de años de suspenso. Lo que me llamó la
atención no es si el trato favorecerá a unos y arruinará a otros, sino que
cantaron el himno nacional para despedir al primer contendor que salió del
puerto de Buenaventura rumbo a Estados Unidos. Hay que ser demagogo para hacer
tal cosa, para creer que los logros se deben al accidente de haber nacido en
algún lugar.
Cuando Brasil fue campeón del mundo en México 70, el gobierno militar que regía por entonces el país se tomó el crédito, así como en Venezuela se agarraron del triunfo de Pastor Maldonado el pasado fin de semana en la Fórmula 1: “"Toda Venezuela está celebrando la victoria de ese joven aragüeño, joven venezolano, joven bolivariano de esta generación que ha llamado el presidente Chávez la generación de oro", dijo Nicolás Maduro al respecto. ¿Qué tiene que ver un triunfo con la grandeza o pequeñez de una nación?
Lea el artículo completo en http://bit.ly/Kuydls
Cuando Brasil fue campeón del mundo en México 70, el gobierno militar que regía por entonces el país se tomó el crédito, así como en Venezuela se agarraron del triunfo de Pastor Maldonado el pasado fin de semana en la Fórmula 1: “"Toda Venezuela está celebrando la victoria de ese joven aragüeño, joven venezolano, joven bolivariano de esta generación que ha llamado el presidente Chávez la generación de oro", dijo Nicolás Maduro al respecto. ¿Qué tiene que ver un triunfo con la grandeza o pequeñez de una nación?
Hablando de tamaño, esa
misma tarde Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid que vino a jugar
contra varios equipos colombianos, nos dio a los periodistas de este país una
lección sobre no hacer preguntas estúpidas. La clase magistral quedó registrada
en video. Hay que sentirse muy poco a gusto con uno mismo para preguntarle a un
extranjero qué piensa de la tierra donde tocó nacer, como buscando elogio, o
consuelo.
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